El aparato respiratorio

El aparato respiratorio está formado por la nariz, faringe, laringe, tráquea, bronquios, bronquiolos y pulmones. Su función es la respiración.

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Mediante la respiración, el cuerpo obtiene del aire el oxígeno que necesita y elimina vapor de agua y bióxido de carbono. La respiración es una de las funciones más importantes del cuerpo, respiramos todo el tiempo, de día y de noche, dormidos y despiertos; esta función no se controla a voluntad.

El aire que entra al cuerpo contiene, aproximadamente, un 20% de oxígeno, y el que sale sólo contiene 16%; es decir, nuestro cuerpo retiene el 4% de oxígeno.

Para que el aire entre a nuestro cuerpo por la nariz y siga su recorrido hacia los pulmones, algunos de los músculos del tórax se contraen y el diafragma desciende para lograr que la cavidad torácica aumente, con ello los pulmones aumentan al máximo su volumen; a esto se conoce como inspiración.

Por el contrario, cuando los músculos del tórax se relajan, la cavidad y el volumen de los pulmones disminuye; esto provoca la salida del aire, a lo que se conoce como espiración.

La nariz o cavidad nasal se encarga de filtrar, humedecer y calentar el aire que entra a nuestro cuerpo. También sirve para darle resonancia a la voz. Cuando nos da catarro o gripe se inflama la mucosa o parte interna de la nariz. La inflamación de las fosas nasales también puede ser ocasionada por alergias o microbios.

La faringe es una cavidad, es decir, un espacio o hueco común al aparato digestivo y al aparato respiratorio. A través de ella los alimentos y el aire siguen su recorrido al interior del cuerpo. También funciona como una caja de resonancia para la voz. A la inflamación de la faringe se le conoce como faringitis.

La laringe se localiza en la parte anterior del cuello, entre la faringe y la tráquea. Durante la deglución, una de sus partes funciona como una tapa que impide que los alimentos pasen a la tráquea. Cuando el aire pasa a través de la laringe, ésta vibra y produce sonidos que son regulados por las cuerdas vocales, para producir la voz. Cuando hablamos también participan la faringe, las cavidades de la nariz, la boca, la lengua, los labios y los músculos de la cara. La inflamación de la laringe o laringitis ocasiona trastornos en la voz, se oye ronca o no se oye.

La tráquea es un conducto que se localiza a la altura del tórax o pecho. La función de la tráquea es conducir y calentar el aire que llega a los pulmones

Los pulmones son dos, uno izquierdo y otro derecho, se localizan en el tórax. Cada pulmón se divide en lobulillos, que se subdividen en partes cada vez más pequeñas que terminan en un conjunto de sacos pequeñísimos llamados alvéolos; en ellos se hace el intercambio gaseoso, es decir, entra oxígeno a la sangre y sale bióxido de carbono. Después, la sangre regresa al corazón y de allí viaja a todas las partes del cuerpo para llevar el oxígeno y recoger el bióxido de carbono

Los bronquios son dos conductos que llevan el aire a los pulmones. Al entrar a ellos se dividen en bronquios más pequeños y luego en bronquiolos. Su función es conducir el aire; cuando se inflaman se presenta la enfermedad llamada bronquitis.

Las enfermedades más comunes de los pulmones son la tuberculosis, las neumonías, ocasionadas por microbios (virus o bacterias, entre otros) y el cáncer de pulmón, que está asociado con el hábito de fumar. Personas de todas las edades, nacionalidades y niveles económicos pueden contraer estas enfermedades.