A
pesar del papel tan importante que tiene la comunicación en nuestra
vida, no siempre se da de manera fácil. Por ejemplo, a veces al
comunicarnos con personas con las
que tenemos diferencias de edad, de sexo, de escolaridad, podemos pensar
que no nos entienden, que no hablamos
el mismo idioma; eso nos puede desanimar y hacer sentir incomprendidos,
pareciera que hubiera una barrera para relacionarnos.
Estas diferencias, aparentemente nos separan "todo un océano",
pero si lo pensamos bien y le sacamos provecho
a lo que podemos aprender de los demás, lograremos transformar
en beneficios esas limitaciones.