Las
vacunas son microbios debilitados o muertos, muy valiosos,
los cuáles al entrar al organismo hacen que éste
produzca defensas o anticuerpos contra microorganismos dañinos.
Una de las formas más seguras que tenemos para prevenir
diversas enfermedades peligrosas es la aplicación de
vacunas.

Por eso, asegúrese de que a sus hijos/as o a niños/as
pequeños/as que conozca les apliquen vacunas como las
siguientes: polio o parálisis infantil D.P.T., contra
difteria, tosferina y tétanos; BCG, contra la tuberculosis,
sarampión y rubeola. La vacuna contra el tétanos
que se debe aplicar a niños mayores de 12 años
y a personas adultas, en especial a mujeres antes del embarazo
o después del cuarto mes del mismo, se debe reforzar
cada cinco años. Otras vacunas importantes son las
que nos ayudan a prevenir enfermedades tales como: cólera,
neumonía en adultos, el tifus y la hepatitis.
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