La publicidad y los problemas de salud de los mexicanos y las
mexicanas
Los periódicos, la televisión y la radio tienen como funciones
importantes las de informar, entretener, difundir ideas, promover productos
y educar a las personas que ven y/o escuchan sus mensajes y programas.
Los tres medios a que se ha hecho referencia, también difunden anuncios
y mensajes publicitarios en los que se promueve la compra de algún producto
o la utilización de algún servicio. Para aprovechar mejor ese
tipo de información, es conveniente examinar bien las características
del producto o servicio que se ofrece, pues la publicidad presenta solamente
los beneficios de su uso.
Para
consumir un producto o hacer uso de un servicio es indispensable que nosotros,
como consumidores, obtengamos información de lo que queremos adquirir
y pongamos en la balanza sus cualidades y sus defectos, las carencias que se
resuelven, los problemas que puede causar su adquisición y su costo.
Muchos de los productos y servicios anunciados tienen que ver con nuestra salud.
Por ejemplo, las papas fritas que, además de que son muy caras comparadas
con las papas cocinadas en casa, tienen mucha sal y pueden haber sido fritas
en grasas de bajo costo y múltiple reuso que son perjudiciales para nuestro
sistema circulatorio. Lo mismo sucede con los dulces, pastelillos, refrescos
y golosinas, que quitan momentáneamente el hambre y dan energía,
pero que consumidos en exceso favorecen las picaduras de la dentadura y provocan
obesidad.
Otros ejemplos son la gran cantidad de bebidas alcohólicas que se anuncian,
que tomadas en exceso afectan nuestros sistemas digestivo, circulatorio y nervioso.
Así como de cigarros que, al ser fumados en cualquier cantidad, dañan
todo nuestro organismo, sobre todo a nuestros sistemas respiratorio y circulatorio.
Existen consumidores y consumistas. Tratemos de ser consumidores, es decir,
personas que analizan bien cualidades y defectos de un bien o un servicio antes
de adquirirlo. Pensemos si éste va a satisfacer realmente nuestras necesidades
y si su precio está dentro de nuestras posibilidades de pago.
En cuanto a publicidad se refiere, la televisión es el medio que tiene
mayor influencia, ya que, por lo general, creemos más en lo que vemos
que en lo que leemos y más en lo que leemos que en lo que escuchamos.
Las imágenes pueden tener un impacto mayor que las palabras y pueden
hacernos creer cosas absurdas o irracionales, por ejemplo, que vamos a tener
éxito si fumamos cigarros de una marca determinada.
Siempre debemos analizar los productos o servicios que se nos ofrecen, investigar
acerca de sus aspectos positivos y negativos, antes de comprarlos. No adquiramos
las cosas que no necesitemos. La publicidad cumple con su papel de informar
y promover las ventas, pero la decisión debe quedar en manos del consumidor,
de nosotros, no de los medios o los anunciantes.