Mejoremos nuestra alimentación

Algunas de las características en la forma en que se transforman y asimilan los alimentos, pueden cambiar de unas personas a otras. Por eso cada uno de nosotros debe tratar de conocerse, de reconocer cómo funciona su cuerpo y cuáles son sus necesidades.

Cuando combinamos y variamos los alimentos de los distintos grupos, encontramos el secreto de saber comer. Nos alimentamos para dar a nuestro cuerpo la energía y los materiales que necesita, pero también para evitar las enfermedades que se derivan de una mala alimentación. Aprender a alimentarnos significa que somos capaces de disfrutar lo que comemos sin dañar nuestra salud.

La dieta correcta varía de acuerdo con la edad y el sexo de la persona; también depende de la actividad que realice y de su estado de salud. Hay personas que realizan un trabajo muy pesado, es el caso de los obreros, albañiles, campesinos y leñadores. Otras personas hacen trabajos menos pesados, como quienes se desempeñan en algunas oficinas. Por ejemplo: una persona en completo estado de reposo requiere de unas 1 700 kilocalorías diarias; un trabajador de oficina necesita alrededor de 2 500 y un obrero de la construcción requiere 5 mil kilocalorías. Los trabajos en los que se suda mucho, como el de los mineros, obligan a ingerir más agua. El maestro y los estudiantes realizan menos esfuerzo físico, pero trabajan mucho más mentalmente. Y una mujer embarazada necesita alimentarse adecuadamente, porque está formando un nuevo ser en su vientre.

En una familia común puede existir una persona de cada una de las mencionadas anteriormente. Se podría pensar que cada una de ellas requiere una alimentación distinta y especial, que representaría un gasto extra para la economía familiar. Pero no es forzoso que así ocurra, basta que, de una misma comida bien equilibrada, cada uno coma la cantidad que requiere su organismo.

Sabemos que comer en exceso, sobre todo grasas y azúcares, puede causar obesidad, comer menos de lo necesario produce pérdida de peso, debilidad y desgano. Los dos extremos causan enfermedades por mala nutrición. Lo recomendable, lo mejor para la salud, es comer en forma equilibrada, de acuerdo con la edad que se tenga y la actividad que se desarrolle. En el caso de mujeres embarazadas o que amamantan a un bebé, esto es muy importante.

Es la variedad de los alimentos y la cantidad adecuada lo que nos proporciona los nutrimentos necesarios para que nuestro cuerpo se recupere del esfuerzo que realiza. Si combinamos verduras, frutas, cereales, leguminosas, un poco de alimentos de origen animal como leche, huevo, pollo, pescado o carne roja y suficiente agua, podremos realizar con vitalidad nuestras tareas diarias.

Recomendaciones para aprovechar y disfrutar más los alimentos

Comer despacio: hay alimentos que empiezan a digerirse en la boca. Al masticarlos, la saliva los humedece y empieza a descomponerlos en sustancias más fáciles de absorber. El pan, las pastas, la tortilla y el arroz y, en general los productos derivados de cereales si no son bien masticados hacen más difícil el trabajo del estómago y del intestino.

Comer con tranquilidad: además de una comida nutritiva y sabrosa, debemos procurar tener paz y armonía como complemento de una buena alimentación. La compañía de familiares o amigos a la hora de comer puede ser un motivo de bienestar; esto puede aumentar la satisfacción de comer y favorecer la digestión de los alimentos. No es recomendable comer con las emociones alteradas por tristeza, mal humor o preocupaciones.

No comer en exceso: ningún alimento es bueno en exceso; el organismo se ve obligado a realizar esfuerzos extraordinarios, que se traducen en diversas alteraciones: exceso de peso, enfermedades del corazón, el hígado y los riñones, por citar algunas.

Descansar después de comer: es conveniente reposar por lo menos durante diez minutos después de comer, para que la energía del organismo se concentre en la digestión y asimilación de los alimentos.

Hacer ejercicio físico: ayuda a fortalecer todo el cuerpo; también contribuye a aprovechar mejor los alimentos, a aumentar la fuerza y resistencia, a conservar la flexibilidad y a eliminar residuos o sustancias tóxicas del organismo. Es muy recomendable hacer ejercicio 20 minutos diarios cualquiera que sea nuestra edad.

Darse tiempo para ir al baño: así como damos importancia al comer, debemos dársela a orinar y defecar, pues también son funciones vitales del organismo. El estreñimiento es un problema de salud frecuente que se produce, entre otras causas, porque no nos damos el tiempo necesario para eliminar los desechos de la alimentación. El primer paso para combatirlo es tener un horario fijo para realizar esta función y beber suficientes líquidos.

Aprender a alimentarnos sanamente es un camino recomendable para tener salud, prolongar los años de vida sana y retardar, en lo posible, las enfermedades de la vejez.

También es importante señalar que los tratamientos para algunas enfermedades requieren llevar una dieta especial: tal es el caso de la diabetes, la hipertensión arterial, los problemas del corazón y el cáncer.