Los grupos de alimentos

Se sabe que durante los viajes que hicieron navegantes europeos hacia el continente americano, éstos enfermaban de un mal desconocido. A las pocas semanas de viaje perdían su capacidad de reacción, se volvían indiferentes a todo. Sus músculos se debilitaban mucho y algunos llegaban a paralizarse; otros sufrían hemorragias por la nariz y las encías. Varios morían y sólo los más fuertes lograban sobrevivir.

Durante el viaje se alimentaban con carne salada, galletas o pescado. En esa época, descubrieron que los marineros se curaban de esa extraña enfermedad tan pronto bajaban a tierra y comían las frutas frescas que crecían cerca de la costa, como limas y limones, ricas en vitamina C.

Tras varios años de experimentos, los científicos llegaron a la conclusión de que existen sustancias en los alimentos que son necesarias para regular muchas de las funciones del cuerpo y para evitar ciertas enfermedades a las que llamaron vitaminas. Este ejemplo da cuenta de cómo a la humanidad le ha tomado mucho tiempo llegar a identificar algunas propiedades de los alimentos y cómo se relacionan con la salud.


¿Cómo se clasifican los alimentos?

Cada uno de los alimentos que consumimos contiene diversas sustancias nutritivas; si combinamos y variamos diferentes alimentos podemos obtener los diferentes nutrimentos que necesitamos.

Las sustancias que contienen los alimentos nos proporcionan energía, contribuyen a evitar enfermedades, ayudan al crecimiento y reposición de los tejidos del cuerpo. Hay tal cantidad y variedad de alimentos, que se han clasificado en grupos para identificarlos más fácilmente y saber entre cuáles se puede variar y cómo se deben combinar para tener una dieta correcta. Esto quiere decir que, a lo largo del día y todos los días, debemos comer alimentos distintos de los diferentes grupos en cantidades adecuadas, para así cubrir las necesidades de nuestro cuerpo.

Sería deseable que todas las personas pudiéramos incluir en nuestra dieta alimentos de los distintos grupos que existen. Comer bien no quiere decir comer mucho, sino comer de cada alimento la cantidad necesaria.

Los alimentos se pueden agrupar o clasificar de distintas maneras. Una de ellas los divide en tres grupos:

Verduras y frutas

Cereales y tubérculos

Leguminosas y alimentos de origen animal


Grupo 1: Verduras y frutas

Las verduras y frutas también proporcionan energía al organismo por el azúcar que contienen, pero su aporte principal son vitaminas y minerales que el cuerpo requiere para funcionar bien y no enfermarse.

Verduras: acelgas, verdolagas, quelites, espinacas, flor de calabaza, huauzontles, nopales, brócoli, coliflor, calabaza, chayote, chícharo, tomate, jitomate, hongos, betabel, chile poblano, zanahoria, aguacate, entre otros.

Frutas: guayaba, papaya, melón, toronja, lima, naranja, mandarina, plátano, zapote, ciruela, pera, manzana, fresa, chico zapote, mango, mamey, chabacano, entre otras.

Las verduras y frutas son importantes también por su contenido de fibra. Ésta es de gran utilidad para el organismo porque ayuda a que los alimentos se muevan a buena velocidad dentro de los intestinos, a que sean bien absorbidos, retira las sustancias dañinas como el colesterol y la bilis y a que salgan del cuerpo los desechos sin esfuerzo, es decir, evita el estreñimiento.


Grupo 2: Cereales y tubérculos

Los cereales son granos que se obtienen de las espigas, como: maíz, trigo, arroz, avena, amaranto, cebada, centeno y mijo; con ellos se elaboran tortillas, pan, pastas, galletas y muchos otros productos. Los tubérculos que más se consumen son la papa y el camote.

Nos aportan sustancias nutritivas llamadas hidratos de carbono; éstos se transforman en energía que el cuerpo necesita para poder moverse, trabajar, jugar y pensar, así como otras sustancias, las proteínas, que nos permiten crecer, desarrollarnos y reponer nuestros tejidos.

Además, los cereales integrales, como la tortilla o el pan integral, son fuente importante de fibra.


Grupo 3: Leguminosas y alimentos de origen animal

Las leguminosas como: frijoles, habas, lentejas, garbanzos, alubias, arvejas y soya; son alimentos de origen vegetal que contienen proteínas y fibra, hay que comerlos en cantidad abundante para satisfacer nuestros requerimientos diarios. Cuando se combinan estos granos en cantidad suficiente, con algún cereal, forman un alimento tan completo como la carne o el huevo; además tienen ventajas adicionales, como el no contener grasa animal, conservarse por más tiempo y ser más baratos.

Los alimentos de origen animal como: leche, queso, yogurt, huevo, pescado, pollo, carnes rojas y vísceras, contienen proteínas, indispensables para nutrir las células del cuerpo.

Las proteínas son necesarias para el crecimiento y desarrollo, así como para reparar el desgaste del cuerpo, formarlo y fortalecerlo. Los alimentos de origen animal proporcionan proteínas, pero no hay que abusar de su consumo, porque también contienen el tipo de grasa que más afecta al organismo: el que produce el colesterol alto y diversos daños al sistema circulatorio.

Las grasas, independientemente de su origen vegetal como el aceite (de maíz, cártamo, girasol, olivo, soya), el chocolate, la margarina y la manteca vegetal o animal como la mantequilla, la crema, la manteca y el sebo, proporcionan energía en forma concentrada, por lo que debemos usarlos en pequeña cantidad al preparar nuestros alimentos.

Es necesario que estén presentes porque permiten la absorción de vitaminas como:

Ayuda al buen funcionamiento de la vista, mantiene la piel y evita infecciones.

Ayuda a que el cuerpo aproveche el calcio y el fósforo que fortalece los huesos y los dientes.

Ayuda a la formación de los glóbulos rojos y a la salud de la piel.

Favorece la coagulación de la sangre y la cicatrización de las heridas.

Las grasas deben ingerirse con moderación para evitar la obesidad, el colesterol alto, disminuir el riesgo de diabetes, enfermedades del corazón y otros daños a la salud.

En la medida en que conozcamos los alimentos de los distintos grupos, estaremos en mejores condiciones de equilibrar, variar y combinar nuestra alimentación correcta.


Para alimentarnos de manera correcta es necesario combinar y variar alimentos, ya que de todos ellos podemos obtener nutrimentos. Sólo es necesario que nos propongamos equilibrar la cantidad y tipo de alimentos, de acuerdo con la edad, el sexo, las actividades que realizamos y las condiciones de salud que tenemos.