El embarazo y su influencia en la salud de la madre

Durante el embarazo, se producen muchos cambios en la forma y en el funcionamiento del cuerpo de una mujer.

E n condiciones normales, el organismo de la madre se adapta a los cambios que ocurren durante el desarrollo del nuevo ser. En los nueve meses del embarazo, los principales problemas que pueden presentarse y que ponen en riesgo la salud y la vida, tanto de la madre como del nuevo ser, son los siguientes:


Aborto. Es la interrupción del embarazo. Existen dos tipos de abortos: los provocados y los espontáneos. Los provocados son aquellos en los que se realizan acciones intencionadas para suspender el embarazo. Esto puede ser por indicación médica, cuando está en peligro la vida de la madre o por decisión personal.

Los abortos espontáneos se presentan cuando las condiciones para el desarrollo del feto son poco favorables. Entre las principales causas de aborto espontáneo están: infecciones en la madre, malformaciones de la matriz o del niño; golpes y caídas. En algunos casos, este tipo de aborto puede evitarse con atención médica oportuna y reposo.

En todos los casos de aborto es indispensable que la mujer sea atendida en un servicio de salud. Ahí le harán un legrado o raspado de la matriz, para quitar los restos de placenta y de la bolsa de líquido. Cuando esto no se hace, se pueden presentar infecciones que pueden llegar a provocar la muerte o la esterilidad de la mujer.


Parto prematuro. Sucede cuando el embarazo se interrumpe antes de su término normal; no obstante el feto puede sobrevivir. Se puede presentar sin motivo aparente o como resultado de un accidente o de una enfermedad de la mujer. Algunas veces, este tipo de parto se presenta en mujeres que tuvieron antes una amenaza de aborto.

También se puede presentar cuando son dos o más fetos los que están formándose al mismo tiempo (gemelos, trillizos o más). En cualquiera de estos casos, es necesario dar mucha atención al recién nacido para que logre completar su formación fuera del cuerpo de la madre y a esta misma para su recuperación.


Embarazo extrauterino. Sucede cuando el huevo se implanta y desarrolla fuera de la cavidad uterina. Puede hacerlo en las trompas de Falopio, el ovario o la cavidad abdominal. Las causas pueden ser infecciones de los genitales, la alteración en la trompa, lesiones por productos químicos o el rápido crecimiento del huevo. Cuando el huevo anida en una trompa de Falopio, el embrión muere antes de convertirse en feto porque no tiene espacio para desarrollarse; se produce un sangrado y la mujer puede entrar en estado de shock, lo que pone en peligro su vida.

Muerte fetal intrauterina. Cuando ocurre se dejan de sentir movimientos del feto y los latidos de su corazón. Es necesaria una revisión médica para confirmar que el feto no tiene vida. El feto puede morir en los meses más avanzados del embarazo debido a malformaciones o por mal funcionamiento de la placenta. También porque el cordón umbilical se enreda en el cuerpo del feto y obstaculiza la circulación sanguínea o por enfermedades de la madre.

Factor Rh incompatible. Si una mujer es Rh negativo y concibe un hijo de un hombre Rh positivo, el hijo puede heredar el factor Rh positivo, que al pasar por la placenta hace que la sangre de la madre produzca anticuerpos contra el factor Rh del feto. Cuando los anticuerpos entran en contacto con él, destruyen sus glóbulos rojos y produce otras alteraciones que le pueden provocar graves daños o la muerte.
Por eso, una mujer embarazada debe conocer su tipo sanguíneo y su Rh para saber si es compatible con el del padre. Actualmente, existen sustancias que se pueden aplicar a la mujer para prevenir alteraciones. Cuando esto ya no es posible, se puede realizar una transfusión al feto, para permitir que éste termine su desarrollo.

La toxemia del embarazo. Es una enfermedad que se caracteriza por un conjunto de alteraciones en el organismo de la mujer. No se conocen las causas exactas de esta enfermedad, pero se cree que son resultado de una falta de adaptación entre el feto y la madre. Esto puede provocar vómitos, aumento en la retención de líquidos y en la presión sanguínea.

Los líquidos y las sales no se distribuyen en forma normal en el organismo, lo que provoca hinchazón en la cara, manos y pies de la madre. Su organismo se intoxica. Sube mucho de peso y aumenta su presión sanguínea. El mal funcionamiento de sus órganos puede aumentar y provocarle alteraciones visuales e incluso ceguera, convulsiones, pérdida de la conciencia y estado de coma.

La mala circulación de la sangre y los problemas en la distribución del agua ocasionan que la placenta no funcione normalmente. El feto crece menos y se mueve poco. Esto pone en peligro las vidas del feto y de la madre.

Estas alteraciones se asocian con deficiencias de proteínas, vitaminas del complejo B y C, intoxicaciones alimentarias, apendicitis crónica, amigdalitis e infecciones urinarias.
Las alteraciones pueden controlarse si se acude oportunamente al servicio de salud y se lleva una dieta y un tratamiento adecuados.


Infecciones. Las infecciones más frecuentes son las de las vías urinarias y las infecciones vaginales. En los dos casos, la mujer se queja de molestias como dolor e irritación en las partes infectadas. Si la infección se controla a tiempo, no llega a perjudicar la salud del feto ni de la madre. Si esto no ocurre, pueden transformarse en infecciones crónicas, es decir, que se presentarán continuamente durante mucho tiempo, poniendo en riesgo la salud de la mujer.

Las infecciones pueden provocar un aborto o un parto prematuro, porque las toxinas liberadas por los microbios y el aumento de la temperatura estimulan las contracciones uterinas.


Descompensación del corazón y de los pulmones. Se presentan en las mujeres que han padecido con anterioridad alguna enfermedad en estos órganos y que se complica durante el embarazo. Estos problemas pueden causar la muerte a la mujer. En la actualidad, ambas alteraciones pueden controlarse desde los primeros meses del embarazo, para cuidar la salud de la mujer y del feto.


Anemia. Ocurre cuando la cantidad de glóbulos rojos en la sangre es menor de la normal. Esta enfermedad ocasiona cansancio, fatiga y falta de ánimo. La anemia es un trastorno común en mujeres embarazadas, por eso es recomendable suministrarles un tratamiento que contenga la cantidad de fierro que requieren durante el embarazo. Esta enfermedad puede evitarse si se tiene una dieta correcta.

Es muy importante que una mujer embarazada cuente con supervisión médica constante, lo más pronto posible. A veces, la anemia es causa suficiente para que se produzca un aborto. En los casos en que el feto sobrevive, tiene bajo peso.

Las mujeres de menos de 20 años o con más de 35 años de edad, sufren mayores complicaciones durante el embarazo y el parto. En ellas se presentan más casos de mortalidad. Los partos complicados son una de las cinco causas principales de muerte, entre las mujeres de 15 a 19 años.

Es indispensable que la madre se nutra bien, que no fume ni consuma bebidas alcohólicas durante el embarazo, consulte periódicamente a su médico y que cuente con el apoyo emocional solidario y constante de sus seres queridos.