Los
beneficios del ejercicio
Las personas necesitamos movernos. El movimiento ayuda a que todos nuestros órganos y las partes de nuestro cuerpo funcionen mejor. Al movernos, la sangre circula adecuadamente; los músculos y las articulaciones de los huesos se fortalecen; los alimentos se digieren mejor y los desechos del cuerpo son expulsados con más facilidad. Cuando practicamos con frecuencia algún tipo de ejercicio, todo lo anterior mejora aún más y nuestro organismo, en general, se mantiene en buenas condiciones. Al quemar la grasa que nos sobra, nuestra apariencia también mejora. Sentirnos saludables y a gusto con nuestro cuerpo ayuda a querernos más a nosotros mismos y favorece la convivencia con quienes nos rodean.
Ejercitar cada parte del cuerpo ayuda a conservar la salud y es gratis. Caminar 20 minutos diarios al aire libre, a buen paso, es un ejercicio excelente a cualquier edad. Subir y bajar escaleras es uno de los ejercicios más completos que hay. Lo importante del ejercicio es hacerlo regularmente. También es conveniente que el tiempo que dediquemos al ejercicio sirva como momento de relajación de nuestras obligaciones diarias. |
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Algunas personas creen que mediante las actividades de su jornada de trabajo ya han hecho ejercicio. Esto no siempre es verdad. Otras opinan que el ejercicio aumentará el cansancio de todo el día de trabajo. Esto no siempre es cierto. El esfuerzo que hacemos al trabajar es muy diferente del que hacemos durante el ejercicio. El trabajo frecuentemente nos agota, nos tensa o nos angustia en alguna medida. En el trabajo empleamos unas partes del cuerpo y otras no. En cambio, al hacer ejercicio hay mayor posibilidad de mover todas las partes de nuestro cuerpo, nos conservamos fuertes, nos mantenemos resistentes, oxigenamos mejor nuestro cerebro y disminuyen nuestras tensiones. Usted puede divertirse mientras hace ejercicio. Piense en el beneficio que está obteniendo. Piense en su bienestar.
El ejercicio no es un lujo; tampoco es un privilegio de niños y jóvenes. A ninguna edad hace daño el ejercicio. Pero es importante que escojamos el tipo y la cantidad de movimientos adecuados a nuestra edad y a las necesidades y posibilidades de nuestro cuerpo. Adquirir el hábito del ejercicio sólo requiere constancia, fuerza de voluntad y algunas precauciones para no lastimarnos.
Muchas enfermedades se originan por llevar una vida sedentaria, sin ejercicio. El ejercicio mejora la vida de las personas sanas y también la de quienes padecen enfermedades. Las personas afectadas por la diabetes y la osteoporosis, por mencionar dos casos, pueden y deben hacer algún tipo de ejercicio. Con la supervisión de personal especializado, estos enfermos logran mejorar su salud. En muchas partes del mundo, las personas que alcanzan a vivir cien años o más confiesan que mantienen una vida muy activa y caminan mucho. Quienes practican el hábito saludable del ejercicio padecen menos enfermedades y viven mejor.