Yo tuve una experiencia como emigrante. En 1967 por una necesidad de trabajo y con la animación de algunos amigos, decidí marcharme a la ciudad. Trabajé como peón, por falta de documentos. Sólo estuve un tiempo muy corto y luego regresé al pueblo, pero en esa época, todas las cosas eran diferentes comparadas a las de ahora. Hace poco regresé a la ciudad y todo es distinto, muchos camiones, mucha gente y muy pocas oportunidades de encontrar trabajo.
Lectura tomada de Estela Bravo e Isaías Reyes Cabrera, “¿Por qué se van?”, en Concurso testimonial, 3. Trabajo comunitario, INI-CEHAN, pp. 213-216. |