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Hola,
tío.
Espero que estés bien y ya no estés tan ocupado.
Necesito contarte lo que sucedió la semana pasada,
¡me iban a expulsar de la escuela! |
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¿Te acuerdas de Roberto?, pues llevó
una revista pornográfica a la escuela y la sacó en la
clase de Geografía; Mario le dijo que la guardara, yo sólo
vi la portada, pero con eso bastó, y cuando el maestro me preguntó
la clase, no pude decírsela. Cuando tocó el timbre fuimos
los primeros en salir, nos dirigimos al salón que está
desocupado y empezamos a ver la revista. Sólo nos fijábamos
en las mujeres que estaban ¡uy!; no había visto unas
así ni en la calle ni en la escuela. |
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La revista era de colores y tenía fotos
de mujeres desnudas, otras acariciándose entre ellas o haciendo
el amor con hombres; algunas tenían las botas puestas o cinturones
u otras prendas, qué raro, ¿no te parece? Roberto
nos dijo que él no se sorprendía porque había
visto una película en la que muchos hombres y mujeres hacían
el amor muchas veces; además, que lo hacían en grupo.
Mario nos dijo que en la esquina de su casa venden una revista muy
buena y que en ésta él ha aprendido todo lo que sabe. |
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A Roberto le prestó la revista el peluquero
de la vuelta de su casa, con la condición de que la cuidara,
porque es la favorita de sus clientes y le costó muy cara. |
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Estábamos
tan emocionados viendo la revista que no nos dimos cuenta
cuando entró la maestra Sonia, ¡qué susto!,
nos regañó y nos llevó a la dirección,
¡qué vergüenza!
Pasamos los tres con el director; preguntó: |
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“¿quién la trajo?, ¿de
quién es?, ¿dónde la consiguieron? Eso está
prohibido, es una falta a la moral. Tendré que expulsarlos,
y mañana tienen que traer a sus papás”. Permanecí
callado, no sabía qué decir y pensaba, ¿por qué
es tan malo lo que hicimos? |
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Cuando parecía que todo estaba perdido llegó
Irma, la orientadora, y habló con el director. “¿Qué
le parece si hablamos de este incidente con el grupo? Ya todo el salón
lo sabe y en otras ocasiones, algún otro muchacho ha traído
este tipo de revistas. Considero que es el momento ideal para hablarles
de la pornografía”. |
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El director no estaba muy convencido, pero aceptó. |
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Ya en el salón, sucedió algo increíble,
la revista que unos minutos antes había sido confiscada,
pasó por todo el grupo, y llevamos a cabo un análisis
de las fotos, de los intereses de quienes producen el material pornográfico,
de los mensajes subliminales y del efecto que causan en nosotros,
los adolescentes. |
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Después, Irma explicó que pornografía
quiere decir, según sus raíces griegas, prostituta y
escritura, y que consiste en material escrito, fotográfico
o fílmico destinado en forma deliberada a excitar el impulso
sexual de manera obscena. Comentó también que estos
materiales no son la causa de los crímenes sexuales, como mucha
gente cree y, aunque lo promueven, no son causales de la homosexualidad,
el sadismo o el masoquismo; estas expresiones no se dan por ver pornografía,
sino por un conjunto de situaciones muy personales y complejas. |
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La
mayoría de los clientes son hombres. No es común
ver a mujeres comprando material pornográfico. En realidad,
la pornografía da una información distorsionada
de la sexualidad, como si no existieran los sentimientos y
las relaciones de afecto en la pareja. Algunas personas compran
estas revistas porque no tienen otro medio para saber acerca
de la sexualidad o para excitarse. |
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Hablamos del negocio que representa en el mundo,
y de que la mayoría se produce en el extranjero, y que en
los países en donde se ha legalizado disminuyó el
número de personas que las compran. |
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Todos concluimos que la pornografía presenta
una sexualidad incompleta y falsa, mal intencionada, algo muy diferente
de la realidad. Y que los adolescentes somos blanco de las personas
que comercializan este material porque somos los que más
necesitamos información y, ya que nuestros mayores no son
capaces de proporcionárnosla, creemos, equivocadamente, que
recurriendo a este tipo de revistas la obtendremos. |
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¿Sabes?, al final ya nos habíamos
aburrido de ver la revista, y lo mejor fue que no nos expulsaron
ni nos pidieron que lleváramos a nuestros padres. |
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A veces pienso que los adultos son más
pornográficos que nosotros, tú, ¿qué
piensas? |
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Nos vemos.
Jorge |
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Gil Aguilar y Gabriela Rodríguez Ramírez.
“Pornografía”, en Sexualidad: lo que todo adolescente
debe saber. México, segunda edición, Sistemas Técnicos
de Edición,1993. |
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