En
el siguiente mapa del continente americano, señale los
países y lugares donde se habla el idioma o lengua española.
Como dato curioso,
le diremos que en lugares distantes
de nuestro país, también se habla el idioma español; por ejemplo, en las islas Filipinas que se localizan en el sureste asiático, y en Guinea Ecuatorial, que se localiza en África.
Lea
las siguientes expresiones y reflexione, cómo se imagina
que es la persona que utiliza cada una de las formas de hablar
que se mencionan:
¿Qué onda,
jefe?
¡Ojalá, haiga
llegado mi compadre!
El epicentro de muchos sismos
se localiza en zonas geográficas próximas
a las costas.
¡Mira qué lindo
bebé!
¡Cómo estás,
lindo hermoso!
¡Ya llegó la
troca!¡Vámonos!
La forma particular
en que cada persona emplea la lengua está determinada por el origen geográfico, la clase social a la que pertenece, el nivel educativo que tiene o por la edad.
No obstante, aunque existe esta diversidad en el empleo de la lengua, nos logramos comunicar, aunque, en ocasiones, cuando el uso normal de la lengua se altera mucho, sí se nos pueden presentar dudas acerca del mensaje que recibimos. Por ello,
se recomienda que en ciertas ocasiones que nos comunicamos, utilicemos preferentemente las expresiones normales, estandarizadas de nuestra lengua; por ejemplo, es preferible decir: papá que “jefe”, haya en lugar de “haiga”, llegaste en vez de “llegastes”, pues en lugar de “pos”, entre otras palabras.
La diversidad lingüística
origina las formas dialectales del español que son, precisamente,
variantes que se dan en una lengua; por ejemplo, no hablamos
igual los habitantes del norte del país, que los del
sur. Inclusive, las lenguas indígenas que se hablan en
México, también tienen sus variantes o formas
dialectales; por ejemplo, el náhuatl no se habla igual
en zonas del estado de Querétaro, que en otras del Estado
de México.