Todos los seres humanos nos enfrentamos cada día
al reto de hacer realidad nuestros deseos, nuestros
proyectos, nuestras ilusiones y también cada
día hacemos un esfuerzo para aceptar el hecho
de que a veces no se puede lograr todo lo que nos proponemos,
y tolerar la frustración.
Una manera de lograr un equilibrio es revisar constantemente
lo que sí obtenemos, nuestros logros y satisfacciones,
como lo hace Gerardo en el ejemplo siguiente.
Este
día me frustró...
Me hizo
sentir bien...
Que no se me hace con Mónica.
El momento que pasé con mis amigos.
La discusión con mi familia.
Terminar un trabajo que me costó mucho
esfuerzo.
La rutina del trabajo.
Descansar.
Realiza el mismo ejercicio, reflexiona y escribe
lo que en el día de hoy te ha molestado o frustrado
y lo que te ha hecho sentir bien.
Escribe una ventaja que puede tener para ti evitar
que te aplasten las ideas negativas o la frustración.
Mantener el equilibrio evita que nos ganen los
pensamientos negativos, ayuda a tener una visión
realista, a tomar decisiones para desechar lo que no
nos conviene y echarle ganas a lo que sí es posible