Diversión sin drogas

 
 

 
Desde el momento de nacer, el ser humano siempre busca los elementos que le den placer y alegría, todo aquello que lo ayude a ser feliz.
El bebé se satisface al momento de comer, durmiendo y al sentirse amado por su familia. Posteriormente empieza a jugar y jugando aprende.
 
Cuando se siente triste, cansado, de mal humor, o con hambre, llora para comunicarse y sus padres solucionan el problema, el bebé volverá a sentirse feliz.
 
Sin embargo, es posible que conforme crecemos aprendamos a esconder nuestros sentimientos, a no llorar, no gritar, no hacer berrinches o tal vez a no brincar y bailar de alegría. Este tipo de comportamiento no siempre es positivo, pues al llegar a la adolescencia no sabemos qué hacer con tantos sentimientos que luchan por salir.
 
¿Cómo podemos expresarnos?, ¿Cómo demostrar alegría, gozo o tristeza? Pues así, tal y como lo sientes: escríbelo, piénsalo, comunícalo, léelo o háblalo.
 
En fin, la lista es interminable.
Lo único que necesitas evitar al manifestarte es lastimar a otras personas y a ti mismo, no sólo física sino también emocionalmente.
 
Para poder expresarte, comunicarte y divertirte, no necesitas utilizar ningún tipo de droga, ni de estimulantes, ni depresivos, ni alcohol, ni ningún tipo de sustancia que no sea la alegría natural que te da la vida misma.
 
Organiza con tus compañeros fiestas, reuniones, foros de discusión, clubes de lectura, competencias deportivas y otros actos en los que no se utilice ningún tipo de droga, ni alcohol e invita a todos aquellos que saben divertirse sin recurrir a una muleta falsa (...)
 
 
Diversión sin drogas, Chimalli modelo preventivo de riesgos psicosociales en la adolescencia, Instituto de Educación Preventiva y Atención de Riesgos, INEPAR, ed. Pax, México, 1997.